viernes, 5 de marzo de 2010

en 7:46 Etiquetas: Publicado por Cacao 0 comentarios



Desde que deje Japón hace veinte años, he perdido la ambición por llegar a ser un actor. La razón por la que he continuado trabajando como actor en la compañía de Brook es observar la manera en que dirige. Por lo tanto, tenía que continuar actuando. Cuando estuve en el Bungaku-za, traté con todo mi esfuerzo de ser un buen actor. Pero todo el mundo a mi alrededor me aconsejaba que no continuara, diciendome: ¨No tienes el talento.¨ Sin embargo continué, pensando obstinadamente que una vez que había comenzado no abandonaría. Aun entonces, la gente seguía diciendo que no estaba hecho para esto. Finalmente llegó el momento en el que dije: ¨¡Qué demonios! Si no tengo el talento, pues ya está.¨ Y acepté el hecho de que no tenía talento. Entonces, de forma bastante extraña, la gente comenzó a decirme: ¨No eres demasiado malo. Deberías seguir actuendo.¨

Cuando estás ansioso por conseguir grandes aplausos, no los consigues. Pero cuando alcanzas el estado en el que ya no te importan, te has aceptado a ti mismo y tu propia posición, entonces la gente comienza a alabarte. Puede que este sea el secreto de la interpretación.

Yoshi Oida, Un Actor a la Deriva.