viernes, 5 de febrero de 2010

en 12:00 Etiquetas: , Publicado por Cacao 0 comentarios



El peor enemigo del progreso son los prejuicios; ellos lo retardan, obstruyen su camino. En nuestro arte, un ejemplo de prejuicios es la opinión que defiende una actitud de aficionado de un actor hacia su trabajo. No puede haber arte sin virtuosismo, sin práctica, sin técnica y mientras mayor sea el talento, más se necesitan aquéllos. Los aficionados rechazan la técnica, no por convicciones conscientes, sino por pereza licenciosa... En realidad, entre los actores profesionales, hay muchos que nunca han cambiado su actitud de aficionados hacia la actuación.

Stanislavski, Manual del Actor.